
Los cálculos de Hooke mostraban que si la tecnología podría ser desarrollada para hacer agujeros, un vehículo con una fricción suficientemente reducida puedan ser usados con un túnel para viajar a otro punto en cualquier lugar de la de la Tierra en un plazo de tres a cuartro horas, sin importar la distancia. Aún más sorprendente, el vehículo requeriria de combustible insignificante. El concepto es conocido como el Tren de la gravedad, y aunque inconcebiblemente parece difícil de construir todavia, tiene un poco de atención científica y seria puesto a profunda investigación en los siglos venideros.

Una característica interesante de la gravedad expresada es que los tiempos de tránsito siempre sería muy, muy cerca a cuarenta y dos minutos, independientemente de la distancia recorrida. De hecho, si la Tierra fuese una esfera perfecta, el tiempo de viaje siempre será exactamente cuarenta y dos minutos y doce segundos. Mayores distancias recorridas estaría en la misma cantidad de tiempo, dado que la velocidad máxima del tren en aumento sería exactamente lo suficiente como para compensar la diferencia. Debido a la naturaleza de la gravedad, el tiempo de ida y y los cuarenta y dos minutos sería compatible con cualquier tamaño de vehículo.

Aunque Robert Hooke e Isaac Newton correspondía sobre el tema de la caída de objetos a través de la tierra, ellos lo sabían como un mero ejercicio intelectual. La primera sugerencia para construir un tren de la gravedad no se presentó hasta el 1800, presentado a la Academia de Ciencias de París por un grupo de científicos optimistas. Como era de esperar, la Academia ha optado por aplazar la propuesta ambiciosa. El concepto se perdió en el olvido hasta la década de 1960, cuando el físico Paul Cooper publicó un artículo en el American Journal of Physics lo que sugiere que los trenes de la gravedad deberian de nuevo examinarse para un proyecto de transporte en el futuro. Aunque el artículo desató un intenso debate, la propuesta no fue tomada muy en serio.

Algunas ideas han sugerido que podría ser el túnel de evacuación de aire para eliminar la resistencia del viento, aunque tal hazaña casi tan difícil como evidencia sería la propia perforación. Además, algunos han postulado que tal tren de levitación magnética podría ser la de eliminar la fricción en situaciones en las que el túnel no pasa por el centro de la Tierra, aunque si los electroimanes fueron utilizados, la cantidad de energía consumida por el aparato aumentaría drásticamente. Un lugar más viable para el tren de gravedad sería planetas como la luna en el que no están preocupados por el clima, la tectónica de placas, y el magma. Sería el mismo concepto, a pesar de un planeta con una densidad diferente a la Tierra de la que también tienen una longitud estándar de viaje diferentes.
A pesar de la gravedad el Tren Express puede parecer imposible o al menos absurdamente práctico que resulte atractivo para considerar la posibilidad de tránsito extremadamente rápido en todo el planeta, con muy poca energía para gastos de viaje. Ciertamente, la creación y el refuerzo de los túneles es así más allá del alcance de nuestra tecnología actual, pero el futuro está lleno de sorpresas. La tecnología moderna tiene un impulso suficiente el tiempo que nos podría llevar hasta el otro lado del problema, siempre que podamos reducir la fricción al abrir nuestras mentes creativas.
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